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Un Pachuco que le gusta el Mambo

Tin Tan: Un mexicano del siglo XXI, en el Museo Kaluz

Texto y fotos: Diego Adrián Marroquín Rodríguez

Con el paso del tiempo, suele ocurrir que el nombre de alguna personalidad artística, que impactó a una generación o a varias, se pierde en la memoria, pero cuando un museo decide retomar su legado y lo rescata del olvido, la hace brillar de nuevo con la espectacularidad de épocas de antaño. Esto fue lo que sentí cuando, atraído por las notas de un mambo, descubrí la exposición Tin Tan: Un mexicano del siglo XXI, en el Museo Kaluz. 

¿No sabes quién fue Tin Tan? Yo tampoco lo sabía, pero quédate hasta el final y te lo cuento. Comenzaré por decirte que quizá, sin saber quién es, ya lo has visto en las películas en blanco y negro que tus abuelos suelen ver por televisión. Era un tipo carismático y algo galán. Tenía ojos verdes y dientes y labios tan grandes que en sus caracterizaciones, casi siempre vestido como Pachuco –término aún más peculiar del que te contaré más adelante–, le llamaban “Trompudo”.

Si andas por la Avenida Hidalgo, te llamará la atención la magia y el encanto de la canción ¿Dónde estabas tú?, que sale de una bocina mientras un monitor reproduce fragmentos de la película “El Revoltoso” (1951), del director Gilberto Martínez Solaresor. Justo al entrar a la exposición sentirás como si estuvieras dentro de un viejo cinematógrafo, de aquellos donde se vivió la época de oro del cine mexicano. 

Que la exposición se lleve a cabo en el Museo Kaluz es una coincidencia muy particular pues, el viejo edificio fue construido en el siglo XVIII, durante la Nueva España, para albergar a la orden de San Agustín y a partir de 1836, ya en el México independiente, se transformó en una de las tantas vecindades populares del Centro Histórico de la actual Ciudad de México. Justo en ese lugar, el 19 de septiembre de 1915, nació Tin Tan y le pusieron por nombre Germán Cipriano Teodoro Gómez-Valdés y Castillo.

En la primera sala del Museo Kaluz encontrarás una copia del acta de nacimiento original de Tin Tan y, sobre una pared pintada de verde olivo, descubrirás una foto de los años 30 en la que aún se aprecia la vecindad en la que nació el gran showman mexicano. Tiene un anuncio de Gasolina Águila al fondo y dos coches de la época, lucen aparcados enfrente. También, te llamará la atención una enorme televisión antigua, tal vez de finales de los años 40, en la cual se mira un fragmento de otra película del comediante cuyo nombre no logro recordar; a un lado, dos cámaras de cine con más de medio siglo de Historia.

Nace un Pachuco

En 1927, el padre de Germán, con 12 años de edad, fue designado como agente aduanal en Ciudad Juárez y toda la familia se trasladó a la frontera. El futuro comediante, que entonces era un adolescente, entró en contacto con los “pachucos”, jóvenes  llamados así porque, cuando cruzaban la frontera hacia El Paso, Texas, solían decir: “…voy pal´Chuco” que, en su jerga lingüística, significaba tráfico, legal o no. 

Allá compraban ropa de segunda mano que les quedaba muy grande, lo cual creó su moda característica, fenómeno semejante a lo que, tiempo después, ocurriría con los “cholos”. Esos trajes, con sacos muy holgados y pantalones bombachos, estrechos de cintura y valencianas, y sombreros que, a menudo, remataban con una pluma de ave, conquistaron el gusto de los jóvenes mexicoamericanos y afrodescendientes, quienes cambiaron la expresión Pachucos por la de Zoot Suit.

Al llegar la Segunda Guerra Mundial, la población anglosajona consideró que  la moda de los pachucos era un gasto de tela “antipatriótico”, lo cual creó un clima cargado de xenofobia contra las minorías que seguían el estilo Zoot Suit que no tardó en estallar, tras el asesinato de un joven pachuco en 1943. La noche del 7 de junio de ese año, en Los Ángeles, California, un grupo de marines se dedicó a cazar a grupos de pachucos, lo que provocó una jornada de violentos disturbios que se conocieron como Zoot Suit Riot.

Al pasar a la siguiente sala del Kaluz, un traje de pachuco, en tono blanco con líneas negras, camisa negra y un sombrero con una pluma te dan la  bienvenida a la evolución artística de Tin Tan, quien estuvo influenciado por la gestualidad casi teatral que tenían los actores del cine mudo, así como también por el ritmo de la música afro, muy difundida en los Estados Unidos desde los años 20, cuando una generación completa optó por vivir y divertirse antes de que llegara otra guerra mundial. Fue la época del Jazz, y el Charlestón.

 

El Mundo del Rey del Barrio

Saliendo, te llamará la atención un cuadro de Mauro Terán García, titulado Siglo XX Chico, que reúne en el tendido de una corrida de toros, a personajes como Octavio Paz, Rivera, Orozco y Siquieros, Donald Trump, Francisco Franco y Lady Di, entre muchos otros. ¿A cuántos reconocerías? Debajo de un arco de piedra volcánica encontrarás varios posters de las películas de Tin Tan, guiones y hasta el contrato original de una película que, al parecer, nunca se rodó.

El éxito de Tin Tan no puede entenderse sin la gente que lo acompañó en su vida artística, como lo fue Ernesto García Cabral, alias “El Chango Cabral”, quien fue el ilustrador de los carteles de sus películas; pero, el más importante fue su “Carnal” Marcelo Chávez Herrera, músico con quien formó un dúo que duró hasta la muerte de este último, en 1970. Tin Tan describió esa pérdida como si le hubieran “arrancado una pierna o un brazo”.

Trompabulario

En esta primera parte hay tres radios que parecen sacados de una tienda de antigüedades; a un lado, hay un tocadiscos o tornamesa que reproduce un fragmento con la voz de Tin Tan a través de un par de audífonos con los cuales podrás oír la música que le gustaba al Pachuco de Oro. No dudes en ponerlos en tus oídos y escuchar los testimonios de otras celebridades que trabajaron con Germán Valdés. Yo tomé el de Gaspar Henaine, “Capulina”, quien relata que Tin Tan llegaba a las filmaciones a las 12 del día, cuando la llamada había sido a las siete de la mañana; eso volvía locos a los productores.

En la pared contraria a este arco cuelgan varios posters de las películas de Tin Tan, que te sorprenderán por la calidad de dibujos y colores en sus diseños, algo difícil de encontrar en los promocionales actuales. Frente a estos pósters, te divertirás viendo el trompabulario, un diccionario de expresiones en spanglish; seguramente algunas las usas en tu vida cotidiana. Figuras intelectuales como José Vasconcelos y el cronista Salvador Novo criticaron este lenguaje junto con el resto del caló o jerga lingüística que usaba Don Germán.

Las mejores películas de Tin Tan coincidieron con el sexenio de Miguel Alemán (1946-1952), el creador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) recordado como un periodo de modernización y crecimiento económico, pero también por la corrupción gubernamental y el autoritarismo. En sus películas, Germán Valdés no dudó en hacer referencia a esto y como buen amante de la navegación se compró tres yates, el Tintavento I, II y III, como una burla del Sotavento, yate del Presidente Miguel Alemán y símbolo del poder político.

En ese último núcleo de la exposición, el barco de las ilusiones, verás de cerca las fotos de los viajes familiares en sus yates y la propia maleta personal que usaba en sus viajes. Tengo la sensación que esta parte de la exposición buscó mostrar la faceta más íntima del comediante, lo cual me gustó bastante.

La exposición se realiza en conmemoración del 50 aniversario luctuoso del comediante, acaecido el 29 de junio de 1973. Al final del recorrido, puedes pedirle al personal que atiende el Kaluz, que te dé un boleto para entrar al resto de las exposiciones. No dejes de visitar la terraza del museo pues, además de tener una vista privilegiada a la Alameda Central, podrás disfrutar de una bebida caliente o fría, acompañada de una pieza de pan y gastarás menos de 100 pesos.

Abierta al público desde el pasado 6 de agosto, la exposición abre de miércoles a lunes, de 10 de la mañana a las 6 de la tarde, y podrás visitarla hasta el 27 de noviembre y también podrás ver escenas de películas de Charles Chaplin, como Tiempos Modernos y El Gran Dictador. 

Para llegar al museo puedes hacerlo por la estación Hidalgo de las líneas 2 y 3 del Metro y la línea 7 del Metrobús. Lo mejor es que llegues temprano pues la exposición es bastante popular y atractiva. ¿Será por la nostalgia?

Edificio G, planta baja, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,
Circuito Mario de la Cueva S/N, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Coyoacán, CDMX

Teléfono: 56 22 94 70, ext. 84354, 84359

Mail: culturaconpolakas@politicas.unam.mx